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La Reflexión N° 425. Se titula: Buena vejez al final de la
existencia humana.
Estimado lector: Todos nosotros estamos sujetos a la muerte
física, por haber desobedecido nuestros primeros padres a Dios. “ Génesis 2:
16-17./// 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; /// 17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”
Cuando tomamos conciencia obedeciendo al Señor, a través de
la aceptación al Señor Jesucristo, con arrepentimiento sincero de todos
nuestros pecados, y comenzamos a leer la Santa Biblia , que es la palabra de
Dios, viene sobre nosotros, porque debemos pedir, el Espíritu Santo, y en ese momento todo cambiará, para nuestra vida;
se abre nuestra mente para el Señor y Él, nos da de su sabiduría, poder y amor.
Si nos mantenemos firmes sabemos con absoluta certeza, que
podremos entrar a las moradas preparadas por Él. Dice : “ San Juan 14:1-2///
1 No se turbe vuestro Corazón, creéis en Dios, creed también en mi./// 2 En la
casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo huera dicho;
voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”
Amable lector: ya tenemos resumido la única verdad para salvar
nuestra alma. Y ahora viene una pregunta importante: ¿ Y con respecto a nuestro
cuerpo, cuál debe ser su cuidado? ¿ Podremos llegar al fin de nuestros días en
buenas condiciones? Una cosa es partir lleno de enfermedades y otra cosa es :
en buena vejez. Compartiremos dos porciones bíblicas en las que dos personas
diferentes murieron en buena vejez. O sea no estuvieron sujetos a partir en
malas condiciones de salud. Por supuesto que amaron al Señor con toda su alma, y es un gran ejemplo para todos nosotros. Uno fue Abraham,
que está registrado en la Santa Biblia
como: padre de la fe, y el otro fue Moisés siervo de Dios, libertador de la
esclavitud del pueblo de Dios.
“ Génesis 25:7-8:/// 7 Y estos fueron los días que vivió
Abraham: ciento setenta y cinco años.
8 Y exhaló el espíritu y murió Abraham en buena vejez,
anciano y lleno de días, y fue unido a su pueblo.” Ahora : “ Deuteronomio 34:7 Era Moisés de
edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni
perdió su vigor.”
Apreciado lector: mi interés es que usted, si es que todavía
no lo hizo, acepte al Señor Jesucristo en su corazón con arrepentimiento
sincero de todos sus pecados, abrazando el sacrificio de la cruz del Calvario;
busque un templo evangélico, en donde se mueva el poder del Santo Espíritu de
Dios, y practiquen liberación de espíritus malignos, consiga o compre la Santa
Biblia, recomiendo la Reina Valera, edición 1960, y verá que en poco tiempo
cambiará para bien su vida espiritual y física. Será la mejor elección de su
vida.
Para finalizar le dejo, como es mi costumbre, un versículo
bíblico para meditar:
“ San Mateo 5:8 Bienaventurados los de limpio corazón,
porque ellos verán a Dios.”
Que el Señor lo bendiga abundantemente, un amigo en el
Señor.
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