TEMA 31. LA ENVIDIA 2DA PARTE

La Reflexión: como se había anunciado ayer, continuaremos con La envidia 2da parte.
El Señor Jesucristo, cuando vino al mundo, para darnos la salvación, a través del sacrificio de la cruz, hizo milagros, curó enfermos, dio vista a los ciegos, liberó a los endemoniados, hacía caminar a los paralíticos, resucitó a muertos y un sinnúmero de milagros.
Desató las obras del diablo, nunca hizo acepción de personas. Atendía a los pobres como a los ricos.
Predicó el Reino de Dios y solamente hacía obras de bien, rompiendo las cadenas espirituales del diablo que tenía bajo su poder a las personas del pueblo elegido como personas de naciones aledañas a Israel.
Mas todo esto despertó en lo líderes religiosos un sentimiento negativo y destructivo que fue la envidia.
Es por esa razón que siempre intentaban matarlo.
En San Mateo 26:1-4, dice: 1. “ Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos:
2. Sabéis que dentro de dos días se celebrará la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.
3. Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás.
4. Y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle.  Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo.
Cuando El Señor fue sentenciado a muerte Poncio Pilato Preguntó al pueblo. San Mateo 27:17-18.
17. Reunidos pues ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo?
18. Porque sabía que por envidia le habían entregado”.
Amable oyente: hoy en día el Señor Jesucristo continúa haciendo milagros a través de su Espíritu Santo, a todas aquellas personas que creen en él, a través de los creen  en él.
En San Marcos 16:17-18, dice:
17. “Y estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.
18. Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Esto se cumple le guste o no le guste a los religiosos, pues lo dijo el propio Señor Jesús.
Amable oyente: si estás atravesando un problema grave que nadie lo puede resolver, confía en el Señor Jesucristo. Solamente él te puede ayudar, confía, no temas, entrega tu corazón sinceramente al Señor y verás el milagro.
Háblale como un hijo habla con su Padre, pídele que se muestre, que se manifieste, y él vendrá, a tu corazón y tu vida cambiará. Que el Señor lo bendiga abundantemente.