La Reflexión. Hoy vamos a tocar el tema de los accidentes. ¿Será que es cosa del destino? Tendremos marcado el día y la hora en la que se terminará nuestra vida física?… ¿O habrá otros factores que apresuran el desenlace final. Será que deberemos estar protegidos por Dios? ¿O no hará falta alguna protección?
A continuación expondré entre otros pasajes Bíblicos uno en el que veremos que el diablo provocó un fortísimo viento que dio como resultante la muerte de diez jóvenes. Aparentemente, para el mundo, habría sucedido una desgracia, una fatalidad, algo inevitable o un acto ineludible; pero a través de La Palabra estaremos aprendiendo quién provocó esta desgracia y que también fuer permitida por Dios, ya que sin su permiso nadie puede hacer absolutamente nada.
Job 1:1-2:
1. “Hubo en la tierra de UZ un varón llamado Job; y era temeroso de Dios y apartado del mal.
2. Y le nacieron siete hijos y tres hijas. También La Escritura agrega que fue muy rico y era más grande que todos los orientales; todos sus hijos vivían muy bien y hacían en forma permanente banquetes en sus casas y Job ofrecía holocaustos por ellos por temor a que hubiesen pecado y blasfemado contra Dios en sus corazones.”
Job 1:6-11:
6. “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.
7. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: de rodear la Tierra y andar por ella.
8. Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la Tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
9. Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?…
10. ¿No le has cercado a él y a su casa y todo lo que tiene?
Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la Tierra.
11. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra tí en tu misma presencia.”
Hasta estos versículos vemos claramente que Dios estaba protegiendo todo lo de Job, pero El Señor permitió al diablo tocar sobre todo lo de Job para probar, como se sabe al leer todo el capítulo completo, su fé en Dios y su absoluta dependencia a Él.
En el versículo 12 del Cap. 1 Dios otorga permiso a Satanás para que haga acorde a sus intenciones. Job 1:12: “Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.”
Veremos el desenlace en “Job 1:18-19.
18. Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;
19. Y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.”
Estimado lector: claramente vemos el accionar terrible y devastador de Satanás. Solamente el Señor Jesucristo es quien nos podrá proteger y defender. Así nos enseña el propio Señor Jesús en S. Juan 10: 10-11:
10. “El ladrón (que es Satanás) no viene sino para hurtar, matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”
Que El Señor lo bendiga abundantemente.
A continuación expondré entre otros pasajes Bíblicos uno en el que veremos que el diablo provocó un fortísimo viento que dio como resultante la muerte de diez jóvenes. Aparentemente, para el mundo, habría sucedido una desgracia, una fatalidad, algo inevitable o un acto ineludible; pero a través de La Palabra estaremos aprendiendo quién provocó esta desgracia y que también fuer permitida por Dios, ya que sin su permiso nadie puede hacer absolutamente nada.
Job 1:1-2:
1. “Hubo en la tierra de UZ un varón llamado Job; y era temeroso de Dios y apartado del mal.
2. Y le nacieron siete hijos y tres hijas. También La Escritura agrega que fue muy rico y era más grande que todos los orientales; todos sus hijos vivían muy bien y hacían en forma permanente banquetes en sus casas y Job ofrecía holocaustos por ellos por temor a que hubiesen pecado y blasfemado contra Dios en sus corazones.”
Job 1:6-11:
6. “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.
7. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: de rodear la Tierra y andar por ella.
8. Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la Tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
9. Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?…
10. ¿No le has cercado a él y a su casa y todo lo que tiene?
Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la Tierra.
11. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra tí en tu misma presencia.”
Hasta estos versículos vemos claramente que Dios estaba protegiendo todo lo de Job, pero El Señor permitió al diablo tocar sobre todo lo de Job para probar, como se sabe al leer todo el capítulo completo, su fé en Dios y su absoluta dependencia a Él.
En el versículo 12 del Cap. 1 Dios otorga permiso a Satanás para que haga acorde a sus intenciones. Job 1:12: “Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.”
Veremos el desenlace en “Job 1:18-19.
18. Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;
19. Y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.”
Estimado lector: claramente vemos el accionar terrible y devastador de Satanás. Solamente el Señor Jesucristo es quien nos podrá proteger y defender. Así nos enseña el propio Señor Jesús en S. Juan 10: 10-11:
10. “El ladrón (que es Satanás) no viene sino para hurtar, matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”
Que El Señor lo bendiga abundantemente.