La Reflexión para este día se titula: Las fobias.
Cada día que pasa nos enteramos que personas que aparentemente estaban bien, tienen fobias a algo. Generalmente este problema se origina cuando la persona es de tierna edad, y ante una situación que ella no puede solucionar. Este problema queda grabado en su mente y además sin solución. Es una debilidad que la persona, en forma consciente, no se da cuenta, pero ¿Qué ocurrirá si aparece otra situación que es como un detonante y activa ese momento que no pudo superar? En ese momento hace crisis y allí es cuando un demonio, que sabe de esa debilidad opera sobre la persona provocándole: miedo, temor a ese algo que no puede superar. (Ejemplo: miedo a subir a un ascensor, miedo a las arañas, miedo a salir a la calle, etc, etc).
Por supuesto que se harán las consultas correspondientes a los profesionales pertinentes, para poder solucionar este miedo, cosa que es lo normal en estos casos, pero no nos olvidemos que hay alguien que tiene la solución a todo tipo de problema. Y ese alguien es: Dios.
A través del Señor Jesucristo, que es el consumador de la fe, y que se entregó por amor, en el sacrificio de la cruz, para perdón de nuestros pecados. En 1 de Juan 4:18, nos enseña: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”.
Estimado oyente: observe usted la importancia que tiene par el Señor Jesucristo el amor que proviene de Dios. Con él podemos vencer todo. En 1 corintios 8:3, dice: “Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él”. Al tener ese conocimiento de Dios hacia nosotros estaremos protegidos por su Santo Espíritu. Y si hubiere alguna persona entre los oyentes que tiene un problema de fobia lo exhorto a que se acerque al Señor Jesucristo, que le pida desde el fondo de su corazón, sea echado todo demonio que esté provocando ese miedo maldito.
Entregue su vida al Señor Jesús confíe en él y será liberado.
Quiero dejarle de S. Mateo 11:28, este versículo, para que lo haga como suyo, creyendo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Que el Señor lo bendiga abundantemente. Un amigo en el Señor.