La Reflexión N°
481. Se titula: Fruto de Justicia.
Estimado lector:
Vivimos en un mundo en el que prima más la injusticia, que la
justicia.
Esto es porque
ejerce una poderosa influencia de corrupción en los corazones de los
seres humanos encargados de impartir justicia: el diablo. La Santa
Biblia, que es la palabra de Dios, nos enseña en:
“ Efesios 5:6
Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la
ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.”
En el plano natural, o sea en el de los no creyentes al Señor
Jesús, ocurre esto muchas , o algunas veces, por
lo que reciben ; el fruto de injusticia.
Apreciado
lector: A todo ser humano nos gustaría recibir: el fruto
de justicia.
Esto
requiere una virtud
fundamental, y es : la paz, esa paz que proviene del Señor
Jesucristo.
Compartiremos:
“ Santiago 3:18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para
aquellos que hacen la paz.”
Amable lector: Si queremos que haya justicia en nuestra vida, o sea
tener lo que nos corresponde, por la gracia de Dios, es total y
absolutamente necesario que: vayamos
al príncipe de paz, que es nuestro Salvador: el Señor Jesús.
Dice: “ Hechos 5: 31 A éste, Dios ha exaltado con su
diestra por Príncipe y Salvador; para dar a Israel arrepentimiento y
perdón de pecados.”
Distinguido lector: La justicia verdadera, que compartimos hoy, es
una virtud; su significado es:
Virtud: que induce a dar a cada uno lo que es suyo.
Es el atributo de Dios por el cual arregla todas las cosas. También
significa: derecho, razón.
Y cuando la justicia corrupta de los seres humanos está desvirtuada,
y queremos triunfar en la verdad, la forma es: Pedir al Señor
Justicia, y como sabemos los creyentes verdaderos, Él, hará como es
debido a su inmensa sabiduría.
Esa es la manera, para el creyente, de pedir justicia a nuestro Dios,
con fe, y nos concederá la victoria. Ahora compartiremos: “ San
Lucas 18: 1-8 /// 1 También les refirió Jesús una parábola sobre
la necesidad de orar siempre, y no desmayar, /// 2 diciendo:Había en
una ciudad un juez, que ni temía Dios, ni respetaba a hombre./// 3
Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él,
diciendo: Hazme justicia de mi adversario/// 4 Y él no quiso por
algún tiempo: pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni
temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, /// 5 sin embargo, porque
esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de
continuo, me agote la paciencia.
6 Y dijo el
Señor: : Oíd lo que dijo el juez injusto./// 7 ¿ Y acaso Dios no
hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿ Se
tardará en responderles? /// 8 Os digo que pronto les hará
justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿ Hallará fe en la
tierra?
Distinguido
lector: Si tuviera alguna injusticia en su vida, y quiere que cambie
a : justicia, es necesario, si es que todavía no lo hizo, que acepte
en su corazón al Señor Jesucristo, con arrepentimiento sincero de
todos sus pecados y desobediencias, abrazando el sacrificio de la
cruz del Calvario; busque un templo evangélico en donde se mueva el
poder del Espíritu Santo y practiquen liberación
de espíritus malignos, consiga o compre la Santa Biblia, le
recomiendo la Reina Valera, edición 1960, y verá que en poco tiempo
habrá un cambio fundamental, para bien, de su vida espiritual y
física.
Para finalizar le dejo, como es mi costumbre, un versículo bíblico
para que lo medite:
“ San Mateo:
5:6 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados
hijos de Dios.”
Que el Señor lo bendiga abundantemente, un amigo en el Señor.
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