TEMA 53. EL CORAZÓN HUMANO

La Reflexión para este día se titula: El corazón humano.
Estimado lector: la mayoría de las veces el hombre o la mujer confía en su esposo o esposa, en su novia o novio o en un amigo. Y algunas veces, por no decir muchas veces, es traicionado, defraudado y si le dijeron voy hacia la derecha resulta que usted se entera que fue hacia la izquierda ¿Por qué ocurrirá esto? ¿Será que no debemos confiar en nadie? Y si no confiamos en nadie ¿Cómo podremos vivir en paz?
Como siempre, todos estos interrogantes se aclararán a la luz de Las Sagradas Escrituras, que es La Palabra de Dios.
Dice en el Libro del profeta Jeremías capítulo 17, versículo 9: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?” Estimado: observe usted esas dos cualidades que en la mayoría de los seres humanos está: engaño y perversidad. El Señor dice Proverbios 11:20: “Abominación son a Jehová los perversos de corazón; mas los perfectos de camino le son agradables.”
Proverbios 12:8:  “Según su sabiduría es alabado el hombre; Más el perverso de corazón será menospreciado.” Dice Proverbios 17:20:  “El perverso de corazón nunca hallará el bien, y el que revuelve con su lengua caerá en el mal”. También nos dice en Salmo 101:4: “Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado.” Amable lector: ¿Examinó su corazón? ¿Cómo está ante Dios? Póngase una mano en el corazón y pregúntese, ¿Está mi corazón acorde a lo que El Señor quiere? De no ser así arrepiéntase sinceramente y pídale al Señor Jesucristo que le cambie su corazón. Esa es la fórmula, la única verdad. Para todos los que quieran ese cambio; pónganse en las manos del Señor. Y nos dice en Ezequiel 36:26: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros: y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”. Amable lector: si usted quiere, como ve, ese cambio es posible, está en usted en querer hacerlo o no, en aceptar o rechazar. Confíe plenamente en El Señor para que ese cambio sea posible.
Cuando el profeta Samuel, por mandato del Señor fue a buscar al futuro rey de Israel, en Belén, en la casa de Isaí, le dijo: Samuel: 16:7:  “Y Jehová respondió a Samuel: no mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. Todos los hijos de Isaí, pasaron adelante del profeta y fueron rechazados por El Señor. Pero había un hijo menor que apacentaba ovejas y tuvieron que ir a buscarlo”. 1 Samuel 16:12:  “Envió, pues, por él, y le hizo entrar, y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es”.
Que el Señor lo bendiga abundantemente.