La Reflexión N| 407. Se titula: Restauración del pueblo
israelita. Parte primera.
Estimado lector: compartiremos, en esta oportunidad, del
libro del profeta Daniel, una de las profecías más importantes del Antiguo
Testamento, que está en el capítulo 9, y se profundiza especialmente en los
versículos 24-27. Para que no sea tan extensos
sus significados, haremos reseñas, y aquí es donde de su buena voluntad,
le pido que lea en su biblia todo el capítulo.
Desde el versículo 1 al 19 : tenemos la respuesta inmediata
del ángel Gabriel a la oración de este gran profeta. Esto nos debe animar a
todos, a orar al Señor Jesucristo y esperar su respuesta, porque siempre la
habrá, ya que es el Dios verdadero, que escucha y responde, y ministra su Santo
Espíritu para todos los que creemos en Él. En esta ocasión, la respuesta a la
petición del profeta por la restauración del pueblo elegido de Dios, que estaba
en cautiverio, tiene respuesta en la profecía
de las setenta semanas, comprendida, desde los versículos 20-27; es la
profecía más clara del Mesías, en todo el Antiguo Testamento. La importancia y
la resultante es: poner fin al pecado, que por la gracia del Señor se llevó a
cabo a través del sacrificio de la cruz del Calvario, por el Cordero de Dios
nuestro Señor y salvador: el Señor Jesucristo, Rey de Reyes y Señor de señores.
Ahora iremos directamente a los versículos: 24 al 26.”
Daniel 9: 24-26./// 24 Setenta semanas están destinadas sobre tu pueblo y sobre
tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y
expiar la iniquidad, para traer la justicia
perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los
santos./// 25 Sabe pues y entiende, que desde la salida de la orden para
restaurar y edificar a Jerusalén hasta
el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y setenta y dos semanas, se volverá a
edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos,/// 26 y después de las
sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, más no por sí; y el pueblo
de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin
será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.///
27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos, a la mitad de la semana
hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que
está determinado se derrame sobre el desolador.”
Versículo 24:
terminar la prevaricación y poner fin al pecado, expiar la iniquidad,
para traer la justicia perdurable y sellar
la visión y la profecía y ungir al Santo de los santos. Se refiere a la
muerte de Cristo en la cruz, base del perdón futuro de Israel. ( también está
en: Zacarías 12:10; Romanos 11:26, 27 y Zacarías 13:1 ) Justicia perdurable, o sea eterna. Es en el
sentido de perpetuidad al tiempo prefijado y respuesta al reinado milenario de
Cristo. También podemos ampliar con: Jeremías 23:5,6. Sellar la visión y la
profecía: equivale a que Dios puso su sello ratificando el seguro cumplimiento
de la visión profética. Lugar santísimo: se refiere a la unción del lugar
Santísimo en el templo milenario, como regreso de Jehová, para morar en medio
de su pueblo. Versículo 25: significa
que desde la salida de la palabra, es decir de la orden para restaurar y reedificar
a Jerusalén hasta ( el ) Mesías Príncipe ( habrá) semanas siete y semanas
sesenta y dos. De nuevo será edificada ( con) plaza y foso, incluso en
angustias, o sea en tiempos angustiosos.
Apreciado lector: esta Reflexión continuará en la próxima, o sea la n°
408