La Reflexión N.º
332. Se titula: Mantenimiento de nuestra casa.
Estimado lector:
toda persona que tuvo la condición de haber edificado su casa, se
preocupa durante toda su vida física, de mantenerla en estado
óptimo, ya que las inclemencias del tiempo, el movimiento de la
tierra , el sol, la lluvia, etc, van debilitando su estructura.
Si no hacemos los
mantenimientos pertinentes, la resultante será: casa arruinada.
Amable lector: en lo
espiritual ocurre algo similar. Si nosotros no nos preocupamos por
nuestra vida espiritual, sin lugar a dudas iremos a la ruina total, y
lamentablemente el destino para todos los que rechacen al Señor
Jesús, tiene como destino final el lugar más horrible y espantoso
que existe: el infierno; del cual nadie puede salir y estará por
toda la eternidad. Dice: “ Apocalipsis 20:15
Y el que no se
halló inscripto en el libro de la vida fue lanzado al lago de
fuego.”
Realmente es tremendo lo que les espera a los que rechazan a nuestro
Señor Jesucristo quien dió su vida para perdón de nuestros
pecados. Él, vino a esa misión por amor a la humanidad.
Escrito
está en: “ San Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que
en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Apreciado
lector: para que tengamos
un concepto más concreto de como debemos actuar para la salvación
de nuestra alma, el día que abandonemos este plano físico,
compartiremos la parábola de Los dos cimientos, dada por nuestro
Señor Jesús. “ San Lucas 6 46-49. Los dos cimientos
46 ¿ Por qué me
llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? /// 47 Todo
aquél que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a
quién es semejante./// 48 Semejante es al hombre que al edificar una
casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando
vino la inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa,
pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca./// 49 Mas
el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa
sobre la tierra, sin fundamento, contra la cual el río dio con
ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.”
Distinguido
lector: es imperante y totalmente necesaria la protección de nuestro
Dios, durante toda nuestra vida terrenal. Cito: “ Salmos 127: 1-2
1 Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la
edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
2 Por demás es que os levantéis, de madrugada, y vayáis tarde a
reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios
el sueño.”
Amable lector: en este hermoso Salmo, está la indicación certera
para cuidar de nuestra vida espiritual; si usted todavía no aceptó
al Señor Jesucristo, lo invito a que lo haga, con arrepentimiento
sincero de todos sus pecados, abrazando el sacrificio de la cruz del
Calvario; busque un templo evangélico en donde se mueva el poder del
Santo Espíritu y expulsen demonios, consiga o compre la Santa
Biblia, recomiendo la Reina Valera , edición 1960, y en poco tiempo
verá resultados altamente positivos para su vida espiritual y
física.
Luche con todas sus fuerzas para ganar la vida eterna, ante la santa
presencia del Señor,
Para finalizar le dejo un versículo bíblico para que lo medite:
“ Apocalípsis
2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias:
Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual en
medio del paraíso de Dios.
Que el Señor lo bendiga abundantemente, un amigo en el Señor.
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