La Reflexión N.º
293. Se titula: La avaricia. Parte primera.
Estimado lector:
estaremos compartiendo, de la Santa Biblia , que es la palabra de
Dios, algo que es: falta, pecado contra nuestro Dios, en perjuicio de
nosotros mismos y a nuestros semejantes, esto se llama: AVARICIA. La
misma se define como: apetito desordenado de adquirir y retener
riquezas.
Esto es algo
tremendo y peligroso para cualquiera que esté en este pecado, pues
cuando llegue su momento, que dejará este plano físico, su alma ,
su espíritu: no podrá entrar en el reino de los cielos. Así lo
afirma: específicamente el versículo 10 de 1 Corintios capítulo 6
; Mas transcribiré desde el versículo 9/// “ 1 Corintios 6:
9-10/// 9 ¿ No sabéis que los injustos no
heredarán el reino de Dios ? No erréis; ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan
con varones, /// 10 ni los ladrones, ni los avaros,
ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán
el reino de Dios.”
Amable
lector: la palabra del Señor es muy clara. Todos debemos tener
cuidado de la avaricia, sabemos que es
lo opuesto a
la generosidad. Le recomiendo que lea la Reflexión N.º 8, titulada
: La generosidad, para tener una ampliación de esto tan hermoso.
Todos
tenemos la oportunidad de ser generosos, y no avaros. Debemos tener
conciencia, de que todo lo material,
que vamos adquiriendo, es porque está permitido por el Señor, que
es el dueño de todo.
Dice:
“ Hageo 2: 8 Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de
los ejércitos.”
Y Él, nos preserva en la salud,
en todas las cosa,
y nos da de su Santo Espíritu, si es que lo deseamos sinceramente,
para que generemos actos contrarios a la avaricia, y es mediante ella
que el diablo tratará de tomar su mente, su corazón, para que el
ser humano vaya al infierno.
A continuación transcribiré,
para compartir, una parábola enseñada , por nuestro Señor Jesús y
será de gran bendición para todos nosotros. “ San Lucas
16: 1-15
1 Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía
un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus
bienes.
2 Entonces lo llamó, y le dijo: ¿ Qué es esto que oigo a cerca
de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás ser más
ser mayordomo.
3 Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿ Qué haré ? Porque mi
amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo, mendigar me da
vergüenza.
4 Ya se lo que haré para que cuando se me quite la mayordomía,
me reciban en sus casas.
5 Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al
primero: ¿ Cuánto debes a mi amo ?
6 Él dijo: cien barriles de aceite. Y le dijo. Toma tu cuenta,
siéntate pronto, y escribe cincuenta.
7 Después dijo a otro: Y tú ¿ Cuánto debes ? Y él dijo: cien
medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.
8 Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente,
porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus
semejantes que los hijos de luz.
9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de la riquezas injustas,
para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas.
10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y
el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
11 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿ quién
os confiará lo verdadero ?
12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿ quién os dará lo que
es vuestro ?
13 Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá
al uno y amará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
Continuaremos en la Reflexión siguiente , o sea en la N.º 294.